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Un momento en el tiempo más allá del tiempo: encarnar nuestro potencial embriológico original

Un momento en el tiempo más allá del tiempo: encarnar nuestro potencial embriológico original
Cherionna nos invita a través de la fluidez de la práctica del Continuum a disolver nuestra anatomía personal/cultural y a refundarnos en el entorno infinito del potencial embrionario.

Junio, 2019

"Si un sistema no estuviera limitado por el tiempo, ¿sería susceptible al impacto del entorno?" - Emilie Conrad

Fue un momento en el tiempo. Un momento, pero fuera del tiempo, más allá de ese tic-tac siempre presente del tiempo. Los tejidos se fundieron, la suave extensión de la totalidad que soy yo y más que yo. Vuelvo al líquido embrionario, a la anatomía primordial, a las células madre estimuladas.


Todos tenemos células madre embrionarias disponibles dentro de nuestros cuerpos, listas para ser cosechadas por las áreas que lo necesiten. Shhhhh...Dejemos que el secreto de nuestro potencial embriológico se manifieste en la ligereza de mi brazo flotando en el espacio, el vasto cordón umbilical que me conecta a la bio-inteligencia cósmica. Shhhh... amo esta respiración. Shhhhhh...alargando el soplo. Shhhhhhhhh...Lo que antes era yo ya no es relevante.


"El joven embrión está manifestando su conexión cósmica. Es una criatura planetaria que resuena con una vastedad que va mucho más allá de los filtros culturales que se imponen demasiado pronto." - Emilie Conrad, Life on Land

Al desarrollarnos en el vientre materno, estamos en contacto directo con una inteligencia mucho más grande de lo que cualquiera de nosotros puede expresar. En la biodinámica craneosacral, hablamos del "Aliento de la Vida" y de su "potencia", una fuerza vital encarnada, que lleva la "Inteligencia con I mayúscula" a nuestra forma encarnada en el embrión y durante toda la vida. Emilie Conrad describió la misma bio-inteligencia y cómo nuestra conexión cósmica se inhibe cuando aprendemos a funcionar sobre la tierra.


"En efecto, la amnesia se instala cuando la Tierra nos saluda.
Cada pequeño músculo que aprende a agarrar hace más tenue el recuerdo de su conexión cósmica hasta que finalmente, al ponernos de pie y, en nuestro caso, convertirnos en bípedos occidentales, hemos olvidado y nos hemos vuelto sordos a la canción cósmica.
Salvo, claro está, por las ondas de ondulación que se producen en nuestro interior y que cantarán con sus antiguas voces. La cuna en espiral en la que nos encontramos queda sellada en nuestras células como una memoria umbilical". - Emilie Conrad, Life on Land

Nos formamos en relación con nuestro entorno. Para muchos de nosotros, aunque estábamos en comunicación más directa con el Cosmos de lo que podemos estar ahora como adultos, nuestra vida en el útero y dentro de nuestros entornos familiares cuando éramos pequeños no era ideal. Es posible que haya habido estrés, violencia, discriminación, revueltas sociales o políticas o guerras. Todo ello contribuyó a nuestra formación. En la mayoría de los casos, nos contrajimos, intentando replegarnos y alejarnos de las posibles amenazas y daños que nos rodeaban. Nuestros tejidos se densificaron en un repliegue protector. Nuestros sistemas nerviosos de defensa se activaron, preparados para la lucha, la huida o la congelación, recelosos de la continua amenaza.


Muchos de nosotros seguimos moviendonos por la tierra con esas formas densificadas, rigidizados contra la sensación de lo intolerable, resistiéndonos a tomar lo que es demasiado tóxico para digerirlo, evitando el agobio repetido. En nuestro modo protector, puede que no nos demos cuenta de que ya hemos crecido, habiendo sobrevivido a lo peor de nuestra vida temprana. Puede que no percibamos la seguridad y el apoyo disponibles en nuestra realidad actual.


Afortunadamente, nuestra vida ofrece ahora un entorno diferente. Al menos, el ámbito de una clase de Continuum puede ofrecer un contexto muy diferente a los peligros de un útero hostil o de la vida familiar temprana. A medida que nos fundimos en este nuevo contexto, disolviendo nuestra anatomía cultural, no sólo nuestros tejidos se ablandan y se extienden, sino que también pueden disolverse los viejos y obsoletos patrones de nuestra psiquis.


Dentro de este nuevo entorno nutritivo, alimentado por los sonidos y las respiraciones y los micromovimientos de nuestra inherente fluidez , volvemos a la forma líquida embrionaria, despertando nuestra cuna espiralada, ondas ondulantes que disuelven la densidad. Cuando emergemos, nos volvemos a formar en relación con nuestro nuevo mundo, donde la respiración puede fluir más libremente, los tejidos brotan con una  resiliencia fluida, tono y flexibilidad y nuestra psiquis puede abrazar lo que antes temía. Comenzamos a saborear lo nuevo, lo desconocido, la posibilidad infinita.


Abandonando por un tiempo las limitaciones del tiempo, volviendo a nuestro potencial embriológico original, volvemos a entrar en la vida dentro del tiempo renovados, refrescados, repotenciados.

Nado a través de mi vida con una gratitud extendida y continua por este potencial fluido y por ser capaz de acceder a él a través de la práctica líquida del Continuum.